Pequeña montaña rusa
abandonada en mitad del parque [de atracciones
oxidada por la humedad del estanque
durante años fuiste la musa
de musarañas que cantaban canciones.
Me llevas a tantos lugares,
a campos de almendros desnudos
que tiritando están de frío,
llegamos hasta el río y me recorres los lunares
o nos comemos un filete ruso.
Eres rápida y ruidosa,
montaña rusa graciosa,
aunque te han pasado muchas cosas
todavía te queda pintura rosa
y alcanzas alturas asombrosas.
Una vez fuimos al cielo
a jugar a la gallina ciega
pero aquellas estrellas más viejas
nos mandaron de nuevo al suelo
y tú todavía lo niegas.
Esta noche pareces confusa,
por favor, enciende tus luces intrusas,
dame vueltas de tirabuzón
hasta que se me pare el corazón,
porque eres una montaña rusa.
Blas Nusier
