domingo, 7 de noviembre de 2010

EN LA CALLE DR. FOURQUET

En la calle Doctor Fourquet,
Un clavo oxidado y un botón rojo [tirados
Me llaman a recoger.
Es Diógenes quien llama a mi puerta
Siempre por la noche,
Y por la mañana alguna vez.
Pase, pase,
Cuidado con la cabeza [tenga usted.
Con el frío de la madrugada en las pestañas
Escucho hablar en un idioma familiar
Y alzo la mirada.
Mientras, el clavo y el botón en mi bolsillo
Se están dando patadas.
No formen escándalo, caballeros,
Que son las dos de la mañana.
Una mujer se me cruza con la cara tapada,
Capucha que oculta unos ojos rojos,
O puede que un alma enfadada.
En la calle Argumosa
Unos rumanos beben junto a un cajero,
Ríen, gritan… arman jaleo.
Un latino me ofrece cerveza,
Los taxistas leen novelas de amor
Con los ojos del revés
En sus coches ambientados
Con aroma de pino y té.
Una prostituta africana da voces a un chulo,
¡Qué chulo pasear por Lavapiés!
Otro latino me ofrece cerveza…
¡Qué no quiero cerveza!
El mismo tiempo, el mismo espacio
Y yo camino despacio,
Con la nariz congelada
Antes por Fourquet, ahora por Argumosa,
Con mi clavo y mi botón
Sin cadenas y sin esposas.
Dos de la mañana el la Grándola,
Donde juegan a las cartas
Y beben licor de hierbas.
Matemos el síndrome entre todos,
La unión hace la fuerza.
Borrachos junto al mercado festejan su libertad
En este miércoles infinito
Que está a punto de terminar.
Ya sólo oigo una lluvia de hojas secas
En la calle de Mira el Sol
Entre el silencio y la tranquilidad.
Bostezo y sonrío al pensar
En mi botón rojo y mi clavo oxidado
Que en este camino me han acompañado,
Camino de sosiego y verdad.


Blas Nusier

miércoles, 20 de octubre de 2010

PESTAÑAS INCIERTAS

Escribo desnudo,
de cuerpo, de alma.
Imagino tus ojos como un díptico
                                                    [incierto
enmarcado por unas pestañas engañosas.
Se cansa la tinta de escribirte
desnuda ella también
                                                    [incierta,
negra como tus pupilas
borradas como pintura por la lluvia
y secas ahora por el sol
                                                  [te pierdo,
porque cuando muero desapareces
y cuando sonrío te enfureces
mi cuadro jamás pintado será eterno
como el sol
                                                   [incierto.

Blas Nusier

A RITA


Rita, siempre triste,
Melancólica mirándose al espejo,
Y el espejo le vuelve la cara.
Rita se droga, seguro,
Pero ya no quiere más.
Quiere bailar y comer bien,
Pero no engordar.
“Ilumínate” se lee en su frente,
Pero es ella la que se tiene que iluminar.
Pobre Rita,
Rubia y húmeda Rita.
¡Qué barbaridades has tenido que ver!
Vives en blanco y negro,
Mientras te rodeas de todo color.
¿Qué voy a hacer yo contigo
Cuando te retire de mi armario?

Blas Nusier

DETRÁS DE LOS CRISTALES


Detrás de los cristales
Se escarcha la ropa tendida al frío,
Y llueven piedras de arcilla
Que desaparecen antes de llegar al suelo.
Pasa el tren bajo mis pies
Y veo a la gente caminar
Detrás de los cristales,
Donde estalló una antigua guerra,
Donde encontraron dinosaurios
Vestidos con pantalones amarillos
Intentando cazar pajarillos del cielo.
Quise volar contigo
Detrás de los cristales
Agarrados de la mano
Y volé yo solo en mi perfume,
Perfume violeta y dulce,
Con una cascada de vapor
Entre pecho y espalda.
Delante de los cristales
Me siento hueco y del revés
Donde te sentaste y sentiste tú
Esperando la galleta para el café,
Con un puñal en la mano
Y en la otra un beso salado.
Detrás de los cristales
Hay vida muerta, invierno e infierno,
Fantasmas que huyen de la soledad,
Y en esta jaula llamada libertad
Busco unos ojos lejanos y tristes
Que callados gritan mi nombre
Reflejados en los cristales.
Los murciélagos del norte
No entienden de guerras,
Se ríen a los pies de mi cama
Mientras yo me miro las venas
Tras la piel transparente, llenas de pena.
Delante de los cristales
Hay un niño que nació hombre,
Que duerme entre toallas húmedas
Y sueña que vuela para salvarte,
Con plumas que le salen de los dedos
Moradas las plumas, él de negro,
Más allá de los cristales.

Blas Nusier

VI RICORDERÒ


Col viso pulito
E i piedi sporchi
Comincio a salutare
Questa scatola umida,
A volte fredda, a volte calda,
Ma sempre umida,
Sia aperta, sia chiusa.
Ricorderò le stelle bianche
Che volano sul porto,
Perché mi piacciono.
Ricorderò le luci
Riflesse nell’acqua.
Mi piacciono le luci,
Lo dici te.
Ricorderò il vino e la birra,
I bicchieri infilati
Come grattacieli trasparenti,
I tavoli, le sedie,
Le tovaglie gialle,
La musica,
Quelli che stavano fuori
E quelli che stavano dentro.
Ricorderò le tartarughe giganti
Che mi spingevano sull’autobus,
Loro non mi piacciono.
Ricorderò la voglia
Di dormire con te
su un’altalena
Appesa alla luna.
Ricorderò tante cose
E ne dimenticherò altrettante,
Ma nel mio sottosuolo perenne
Potrai vedere sempre la fotografia
Della città della poesia.

Blas Nusier... Al glo-glo

VUELTA Y CALLADO


Música de los setenta,
soledad y vuelta a empezar.
Una cena a las tres
y un cigarro a las catorce.
Me quieres y me desquieres.
En la calma no bailo,
[tranquilo.
Sólo siento la música...
Soledad y vuelta a empezar.
Me tendrías que ver pasear
por el interior de la ballena,
con su esqueleto luminoso,
[en silencio.
Pensándote en el quinto sueño,
sobre mi pecho perenne,
deseoso si te apetece,
también risueño.
Te besaría los pétalos
[callado,
una vez a las tres
y dos a las catorce.
La soledad no parece terminar,
con la vuelta a la tierra
todo se verá
[oscuro
Tranquilo, en silencio, ssh..!
Y oscuro.

Blas Nusier

GRITO DESIERTO


La voz rota de la tormenta
en mitad de la noche
grita casi muerta,
por no tener coche
en una ciudad desierta,
[pobre,
y de piedra.
Me observa pasear y se lamenta,
engalanada con sus trueques,
con esa mirada tan atenta.
Yo no soy una almohada en la que llorar.
¡Vete a bañar el suelo,
O a fastidiar a los camellos!
A mí déjame en paz.
Permíteme al menos jugar.

Sabes que tu lluvia me hace mal,
 y tu grito todavía más,
que mi corazón es sutil
como un hilo de pescar.
Tócame el cuello y luego el pecho,
pero para de gritar.
Hoy no me ha guardado nadie
[tampoco ayer ni más tarde.
A ti qué más te da…
Tú eres feliz con los girasoles
qué te dan la espalda.
Yo busco expresar,
Bailar, volar, nadar...
Pero tenerte cerca.
Fuerte, fresca,
señalándome con el dedo,
apretando los dientes,
furiosa…
Y sin gritar.

Blas Nusier

AYÚDAME Y DIME

Con una gran copa de blanco frutado
Escucho pasar un triciclo de plástico,
Mientras, observo una ventana abierta,
Ventana oscura de la pandemia.
No tengo miedo,
Ayúdame a tenerlo
Con tus manos en mi nuca
Mírame y dime:
Estamos en peligro,
La nada nos deshace,
El humo vence a la hierba,
Bajo nuestros pies se abre la tierra.
Las manzanas se convierten en nueces
Y nuestros dedos en tijeras.
Ayúdame a temer,
A olvidar que soy invencible,
Dame en la cara y grita
que tu corazón ya no palpita.

Blas Nusier

EL MOSQUITO LIMONERO


El café molido derramado
Abrió la mañana asustado,
Un mosquito amarillo lo bebió
Y amargose para todo el día.
¡Estúpido mosquito de limón!
No tomes café, come sandía,
Que por dentro es roja, y verde es por fuera.
Si te fueras a tomar el sol, [y quisieras
En barco contigo yo me iría.
Pero me picas en los codos
Con toda tu mala uva
Y tu sonrisa para todos.

Te busco, mosquito,
Todas las noches para matarte,
Pero eres pequeño y bebes café,
Así nunca voy a alcanzarte.
Me quieres como al queso [de Cabrales,
Saboreas mi piel, pero el olor no te vale.
Y la sangre… Pues eso… De Cabrales.
¡Ay! Mosquito ácido limonero…
Con mi azúcar tomarías
El mejor café del mundo entero.
Dame esa pajita, que te lo voy a hacer,
Vuela, vuela, no te cortes,
Que tarde o temprano te mataré.

Blas Nusier

MERIENDAS SOLITARIAS


La gente come helados de pistacho
Y pasea con perros tristes
Yo, con mi vino, despistado
Me río de la gente.
Un saludo desea salud,
Mi saludo es una pregunta:
¿es la sal o es un dos?
Sueño entre tú y yo
Que no me deja dormir,
Meriendas solitarias
Y una cama estrecha,
El principio de mi noche
Es el final de la tuya,
Entre cacharros y más cacharros
Busco la carne congelada,
Igual estropeada,
Con vino y encebollada.

Blas Nusier

SILLAS INVISIBLES


Sillas invisibles,
Luz rosa de neón.
Recuerdo aquella noche
En la que una mariposa
me acompañaba por la galería
blanca, profunda
esperando que pasara
una máquina de recuerdo.
Y pasó…
Y pasó…
Cerveza roja
Aquí, igual que allí.
El mismo país, la misma historia,
Que me faltan las sienes plateadas
Y las piernas arqueadas
¿Y qué? No importa nada.
Esta noche el recuerdo no es recuerdo.
Esta noche tengo sienes de neón
Y piernas invisibles.
La cerveza, siempre roja,
Y con media hora de antelación.

Blas Nusier

LÁGRIMAS BLANCAS

Lágrimas blancas que corren
Como hojas secas arrastradas por el viento
Sonando como castañuelas sobre el asfalto
Por mis mejillas cansadas
Y rojas de gritarte.
Lágrimas que brotan
Como brota la sangre
Escuchando esta música brotan
Y trotan
Como caballos en un escenario
Trotan por su culpa maldita,
Por la canción que me enamoró,
Que me cantabas en sueños
Y me bailabas en verso,
Corren sin prisa y sin calma
Las lágrimas blancas enfadadas
Con esta ecuación inacabada,
Mi amor, no te acabes nunca,
Si tú no estás no hay canción,
Ni castañuelas, ni nada,
Cántame siempre…
Y beberé de mis lágrimas blancas.


Blas Nusier

MI VIDA EN UN DESAGÜE O EL CALAMAR EGOÍSTA

Mi vida en un desagüe,
El año en un remolino,
Esperanzas ahogadas que me abanican.
Abanícame tú… No quieres.
¡Qué mala fue Torremolinos!
Mala contigo,
Y contigo conmigo
Porque creí que ibas a abanicarme siempre
Como la esperanza,
La esperanza que no abre tu ventana.
¡Esperanza, abre la ventana!.. No quiere.
Amiga, enemiga
Que tiñe de verde mis días
Y barre tu piel muerta de mi suelo viejo,
Luego friega con mis lágrimas
Para volver otra vez al principio,
Amigo, enemigo, a quererte
¡A quererte!
A quererte, príncipe azul cobarde,
Que sueñas con el mar y no sabes nadar.
Así es:
Principio de príncipe que desprecia a los peces,
Tú… calamar.
Calamar egoísta que se cree azul y me pone verde,
Verde como tus ojos verdes de copla,
Azul tú, yo verde que no me pones
Porque lo soy, verde
Como tu mirada y como la esperanza
Que me abanica mientras duermes.

Blas Nusier



LA REALIDAD DE TU AUSENCIA

El cielo estaba gris y el suelo blanco.

Nos dijimos adiós y caí a la nieve como cae un árbol recién talado.

Me hundía poco a poco, sin luchar, sin moverme, mientras el hielo me cortaba la piel y me helaba las lágrimas.

Y mis labios, cubiertos de escarcha, intentaban abrirse para dar el grito que guardaba en las entrañas.

Toqué fondo.

Y mi cuerpo se vio precipitado al vacío.

Donde me topé, con los ojos cerrados, sobre el asfalto de la realidad.

La realidad de tu ausencia.

El vacío sin tu aire.

Y sin tu tierra.


Blas Nusier