miércoles, 20 de octubre de 2010

LA REALIDAD DE TU AUSENCIA

El cielo estaba gris y el suelo blanco.

Nos dijimos adiós y caí a la nieve como cae un árbol recién talado.

Me hundía poco a poco, sin luchar, sin moverme, mientras el hielo me cortaba la piel y me helaba las lágrimas.

Y mis labios, cubiertos de escarcha, intentaban abrirse para dar el grito que guardaba en las entrañas.

Toqué fondo.

Y mi cuerpo se vio precipitado al vacío.

Donde me topé, con los ojos cerrados, sobre el asfalto de la realidad.

La realidad de tu ausencia.

El vacío sin tu aire.

Y sin tu tierra.


Blas Nusier

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